Sala de carga

La sala de carga de baterías, deben estar situadas en zonas ventiladas, para evitar el sobrecalentamiento de las mismas y sus cargadores, así la concentración de hidrógeno es inferior al límite inferior de explosividad; y a su vez, la concentración de vapores de ácido sulfúrico es inferior al valor límite ambiental de exposición diaria establecida; es decir, 1mg/m3. Estas salas de carga no deben estar ubicadas en subterráneos, ya que su ventilación debe ser de manera que no genere molestias a terceras personas. Siempre se deben tomar las medidas adecuadas para no emitir a la atmósfera humos espesos, nieblas, polvos, gases con mal olor, tóxicos o corrosivos.
Una gran ayuda para mantener la temperatura de las baterías por debajo de los 50ºC, es instalar unos ventiladores a la altura de la batería con protección antideflagrante; es decir, la protección que evita una atmósfera explosiva, que de producirse la misma, ya que su acción de protección es minimizar los efectos en el entorno. Esto deberá estar previsto para la extracción del hidrógeno, que es más ligero que el aire.